jueves, 5 de mayo de 2016

LOS SENTIMIENTOS SON QUÍMICOS QUE PUEDEN CURAR O MATAR

R. Braceli.                                      Desde Nueva York Alberto Oliva
Su lema: “Los sentimientos son químicos, que pueden curar o matar” Dr. Bernard Siegel.- PARTE UNO
El Médico Oncólogo y Best-Seller norteamericano, que trata a sus pacientes con visualización le dicen “el médico que cura el cáncer con amor”
A partir de eso desarrollo una terapia Anti convencional para pacientes terminales, basada en demostraciones afectivas y técnicas mentales. Se le hizo este reportaje que no tiene desperdicio.
-¿Los milagros son posibles? Sí, pero dependen de nosotros. Para que los milagros nos sucedan hay que estar abiertos a recibirlos. Esto vale para las naciones y para las personas enfermas.
Bernie S. Siegel es uno de los más famosos curadores de “cáncer” y enfermedades terminales del mundo. Sus libros tienen millones de lectores. Los comentarios jactanciosos de muchos médicos, no pudieron eclipsar su método basado en el más barato de los medicamentos: el amor. Hasta el mismísimo cáncer emprende la retirada. Si el amor se desata frente a él. Pero mejor vallamos al dialogo.
-Doctor Siegel, ¿ud., exactamente que es? ¿Cirujano, hipnotizador, psiquiatra?
- Me pone en un lío. Soy una extraña mezcla de profesor, cura, psicoterapista, escritor, comediante, director de coro…
-¿Y médico cirujano?
-Me olvidaba, también doctor. Especialista en oncología en la Universidad de Yale. No es casual mi olvido. Hace una década yo era un cirujano de Cáncer en Connecticut. Me sentía un miserable porque no podía hacer lo que se esperaba de la medicina: curar a todos los pacientes. Caí en una depresión galopante.
- ¿Y que hizo con su depresión?
- Tomarla como al toro por las astas. Dejé el bisturí y empecé a revisar los roles de médicos y pacientes. Hubo un episodio desencadenante. Un día vi como un colega examinaba a un enfermo terminal. Tras el chequeo final le dijo. “su enfermedad no tiene cura. Tiene los días contados. Puede morir mañana o dentro de tres semanas. Informaré a sus familiares. Ahora llamaré a una monja para que venga a consolarlo.
-Más que un diagnostico eso parece una ejecución, un fusilamiento.
- Ud., metió el dedo en nuestra llaga, aquel día comprendí que generalmente los médicos actuamos frente al moribundo como si no fuera un ser humano, como si diéramos una clase de medicina. Cuando la monja vino “el condenado” lloró en sus brazos. Escuchó aquello de “polvo somos y al polvo volvemos” .Pero ni siquiera se le preguntó si era creyente. Allí tuve la rotunda evidencia que los médicos somos educados para tratar enfermedades, pero a nuestros consultorios no vienen enfermedades ni virus, vienen seres humanos. Comprendí que la medicina y la tecnología no alcanzan, para curar. Falta en nuestras carreras cursos de sentimientos para la curación del Alma. Olvidamos que cuerpo y alma son la misma cosa. Y que los sentimientos influyen sobre las células. Los malos y los buenos.
-¿qué pueden hacer nuestros sentimientos frente a un tumor maligno?
- Pueden frenarlo y pueden doblegarlo.
- Su frase doctor Siegel, suena reconfortante. Pero ud., sabrá que los tumores tienen un lenguaje y los sentimientos otros. ¿Cómo se pueden influir ambas cosas si no se entienden?
-Esta es la cuestión. Sí se entienden. Porque los sentimientos producen su química. Pueden curar o matar. He conocido a muchas personas que realmente se curaron, de enfermedades “incurables”.
“Trate de ir más allá de mi bisturí”
¿Sus colegas los médicos que opinan de tales curaciones?
Le agradezco su escepticismo, porque en la medida que dude le explicaré mejor cada uno. Efectivamente hay muchos médicos que no creen que pueden producirse las curaciones auto-inducidas. Dicen que se trató de un error de diagnóstico. O de una enfermedad que se comportó bien. Increíblemente no se ha estudiado estos casos “milagrosos” científicamente. Yo traté de ir más allá de mi bisturí. Y empecé a preguntarle cómo se salvaron de la enfermedad incurable. 
-¿Qué conclusiones sacó de estos interrogatorios?
Descubrí que casi todos esos paciente “milagrosos” (con cáncer, daños cardíacos, desordenes inmunológicos) Tenían una cosa en común, más del 90% atribuía su recuperación a cambios significativos que se había producido en sus vidas. Cambios que les habían permitido sentir, por primera vez, que verdaderamente estaban viviendo. Casi todos me dijeron que en algún momento, empezaron a ver la enfermedad, no como una carga sino como un don, no como una sentencia de muerte sino como la real posibilidad de un nuevo comienzo.
-Disculpe esta duda tan machacona, doctor Siegel, pero hasta qué punto puede influir la mente sobre el cuerpo cuando el cuerpo ya ha sido “tomado” por una enfermedad irreversible.
-Existe ahora una creciente evidencia que mente y cuerpo, cerebro  y sistema inmunológico no están disociados sino estrechamente vinculados, sabemos ahora que ciertas sustancias producidas por el cerebro pueden transformar los sentimientos y emociones en sustancias químicas. Estas sustancias a su vez influyen sobre el organismo ya sea positiva o negativamente. En suma los sentimientos son sustancias químicas y pueden matar o curar.
-Si estas sustancias químicas de pensamientos y sentimientos existen ¿Por qué no se las aísla y se las da como medicamentos?
-Tiempo al tiempo, tal vez algún día se pueda escribir recetas con sustancias químicas expansoras de la vida. Mientras tanto los médicos podemos alentar a los enfermos a que vivan y piensen de tal forma que sus propios cuerpos produzcan la mayor cantidad de esas sustancias. Y esto es lo que los “pacientes milagrosos” se enseñaron a si mismo hacer.
Quien es Siegel, que prefiere que lo llamen Bernie, se mantuvo 100 semanas seguidas en la tabla de Best-Seller del New York Times. De Amor, medicinas y milagros, su primer libro vendió 1.300.000 ejemplares  y su última obra, Paz, Amor y curación, amenaza en repetir el éxito.
En el momento de presentar el libro tenía 57 años y con un matrimonio de 30 años con Bobbie, 5 hijos, vive en New Haven, Connecticut donde ejerce sus profesiones de: pediatra, cirujano general y oncólogo. En 1978 creo Exceptional Cáncer Patients, una forma específica de terapia individual, y de grupo que utiliza las imágenes y los sueños de los pacientes, (visualización creativa)  y distintas formas de relajación, según él la curación total mediante estas técnicas, hay cerca de 4.000.- artículos documentados a cerca de gente que sobrevivió a enfermedades terminales. Y distintas formas de relajación. Según el la curación total mediante estas técnicas son posibles. Hay 4000.- artículos documentados acerca de gente que sobrevivió a enfermedades terminales. Además un artículo apareció en  The Journal of Chronic, en 1984, da cuenta de 34 enfermas de cáncer de mamas  que fueron “milagrosamente” curadas tras el tratamiento en el ECP, Siegel es un discípulo del famoso Carl Simontos un  oncólogo de Dallas, autor también de Getting Wall Again allí Simontos describe un programa diseñado por el mismo para que pacientes cancerosos combatan su mal con técnicas mentales. Continuando con el reportaje al doctor Bernie Siegel, - dice- los pacientes aprendieron la necesidad de llenar sus mentes y corazones con esperanza, alegría, paz y amor.
-¿Cuáles fueron las claves palpables evidentes que lo llevaron a comprobar la “eficacia química de la mente”?
-Hay algo verificable por todos. Muchas personas toman una cápsula que no contiene nada en especial y experimentan una rápida mejoría, por la confianza en el poder curativo del medicamento.
-¿hasta qué punto la confianza puede ganarle la pulseada a un tumor?  
- Hace 10 años una mujer que sufría cáncer me vino a ver desde Carolina del norte, su expectativa de vida era de seis meses, NO se lo dijimos. Tiempo después me enteré que esta mujer le confió a una amiga, “Supe que me pondría bien cuando Siegel me sostuvo la mano”. ¡Y se puso bien! Es más cuando empezó a sufrir los efectos laterales a causa de la quimioterapia, esta misma amiga le dijo, “No debes sentir esos efectos, el doctor Siegel lo dice” y los efectos cesaron.
-¿A tal punto puede influir la química de la esperanza?
-Escuche esto, en un artículo del 06/09/1985, en el Journal of The American Medical Association, Jane Mac Adams contó lo que le pasó con su madre, a quien le quedaban semanas de vida. Para animarla le compró una linda robe. Cuando la madre vio el regalo lo rechazó y le pidió una costosa cartera de verano. La hija se quedó pasmada. Como podía su madre pedir una cartera en pleno invierno, ¿Cuándo era probable que no viviera hasta la primavera? En realidad pidiéndole la cartera la mujer le estaba preguntando a su hija cuanto tiempo pensaba ella que podía vivir. Esa misma tarde fue y le compró la cartera de verano. La cartera fue usada y gastada. Y varias carteras más. La desahuciada, al momento de la nota ya había cumplido 83 años. Cientos de casos como este demuestran que todo lo que ofrezca esperanza puede curar. Un regalo o una palabra.
-¿también una palabra, dicen que a las palabras se las lleva el viento?

Las palabras pueden matar. O pueden curar. El profesor Bernard Lown, de Harvard, cuenta dos historias verídicas y demostrativas. Caso uno: un médico hace la ronda el hospital y se detiene frente a una paciente, la mujer padecía de atenosis tricúspide, dolencia cardíaca no grave. El médico prefirió comentar la enfermedad usando las iniciales. Dijo: este es un típico caso de S.T. tan pronto como se alejó, la mujer empeoró llamativamente, había entendido que S.T. significaba “situación terminal” Murió esa misma noche. Otro caso pero al revés. El doctor Lown hacía con sus alumnos una ronda se detuvo frente a una paciente que estaba crítico, grave. Le dijo a sus alumnos que el hombre tenía un corazón “sano, muy fuerte, con galope de tercer sonido” en terminología médica esto significa que estaba en situación casi límite. Sin embargo se recuperó. Meses después el paciente explicó que al escuchar eso de “galope” entendió que tenía un corazón fuerte como un caballo. La esperanza la salvó.